La edad escolar (6 a 12 años) es una etapa muy importante para el crecimiento y desarrollo. Un desayuno equilibrado contribuye a un reparto más equilibrado de las calorías a lo largo del día y proporciona nutrimentos importantes. Las personas que omiten el desayuno ponen en marcha una serie de mecanismos en el organismo para mantener la glucemia (nivel de azúcar en sangre) en valores aceptables. Estos cambios hormonales alteran o condicionan la conducta e influyen negativamente en el rendimiento físico e intelectual, por eso es muy importante que desayunes en la primera hora después de levantarte.
Algunas de las consecuencias de saltarse el desayuno o ayunar son: decaimiento, falta de concentración y mal humor, debido al déficit de glucosa (nuestro principal combustible energético). A primera hora de la mañana el organismo lleva ya entre 8 y 10 horas sin recibir ningún alimento. La falta de glucosa empuja a nuestro cuerpo a quemar otras reservas energéticas, lo que causa múltiples alteraciones en el normal funcionamiento del cuerpo. En edades escolares, la omisión del desayuno condiciona el aprendizaje y crea un menor rendimiento, ya que la capacidad de memoria, de creatividad y de resolución de problemas quedan afectadas.