El corazón es el músculo más importante del cuerpo humano. La mala alimentación es uno de los factores que pueden afectar la salud del corazón, así como el riesgo de sufrir una enfermedad cardíaca. Haciendo pequeños cambios en ella se obtienen grandes beneficios para tu corazón y tu salud en general.
Una de las principales recomendaciones cuando buscamos cuidar nuestro corazón, es cuidar el consumo de grasas. Comer alimentos que tienen un elevado contenido de grasas saturadas (“grasas malas”) contribuye a la acumulación de grasa en las paredes de las arterias, lo cual aumenta el riesgo de sufrir un ataque cardiaco. Las grasas saturadas y el colesterol, son en su mayoría aquellas grasas que provienen de alimentos de origen animal: grasas de las carnes rojas, piel del pollo, manteca, mantequilla, entre otros; por lo que debemos limitar su consumo.