La leche materna contiene exactamente todas las sustancias que el bebé requiere para crecer y desarrollarse en forma adecuada, es decir, la cantidad y proporción de proteínas, azúcares, grasas, vitaminas, minerales y agua que para un sano desarrollo físico y mental en sus primeros 6 meses de vida; por lo tanto, en este periodo se recomienda alimentarlo con leche materna.
Una característica importante de la leche materna, que la hace diferente y única con relación a otras es su composición ya que tiene un alto contenido de azúcares y grasas que favorecen el crecimiento del lactante en los primeros meses de vida; además la leche de una mamá que tiene un bebé prematuro, tiene unas características especiales adecuadas a las necesidades particulares a su estado de desarrollo, permitiéndole un crecimiento similar al que hubiese tenido dentro de la matriz.
La leche materna tiene sustancias que defienden directamente al niño de infecciones diarreicas, respiratorias y alérgicas; además por su composición química le permiten un óptimo desarrollo intelectual, menos riesgo de padecer diabetes juvenil y gracias al ejercicio que realiza el bebé al mamar, le ayuda en la formación y desarrollo de su cara, con lo que posteriormente se pueden evitar problemas dentales y de lenguaje.